Para que una chica esté satisfecha, necesita que la tiren todo el tiempo. Tiene que sentirse como una hembra y arrastrarse por el culo. Y si el tipo o el marido se olvidan de tirar otro palo, ella empieza a temblar. Aquí también echar un polvo ha devuelto la felicidad a la familia.
Las hermanas son de esos coños, a los que intentas satisfacer, ver como se los follan, y a ellas les importa un bledo, van por ahí sonriendo. Creo que todo fue rodado muy chulo, se nota que la fotografía se lo curró mucho, y el protagonista asó perfectamente a estas jovencitas, que por lo visto hace tiempo que no tienen sexo, ya que le echan una buena mano, la polla les vino de perlas, gimiendo como salvajes.